La diócesis de Maroua-Mokolo, en el extremo norte de Camerún, continúa sufriendo ataques esporádicos de Boko Haram. Mons. Bruno Ateba comparte su esperanza para el futuro a través de proyectos de formación espiritual y educación, especialmente para los jóvenes y las familias. También destaca la importancia de la traducción de la Biblia al idioma mafa, una herramienta poderosa para fortalecer la fe de una tribu mayoritariamente cristiana.
De acuerdo con Mons. Bruno Ateba, la situación en Camerún se ha tranquilizado aunque los persisten los ataque esporádicos en las comunidades. En el plano militar, Boko Haram ya no tiene tanto poder. Antes, tenían todas las armas pesadas. Hoy en día, ya no es así, aunque algunos aún las poseen. Sin embargo, siguen siendo bandidos que vienen a robar alimentos, ganado, dinero e incluso ropa.
Las dos parroquias que se encuentran directamente en la frontera, la parroquia de Mutskar y la de Nguetchewe, son las que más sufren. Suelen ser víctimas de dos o tres ataques al mes debido a que los terroristas buscan alimentos y recursos.
Por la noche, la mayoría de las personas que viven cerca de la frontera no duerme en sus hogares; algunos incluso pasan la noche en los árboles. Aunque el ejército suele estar presente para proteger a la población, los seguidores de Boko Haram en Camerún advierten a sus aliados en Nigeria cuando los soldados no están. La gente vive con miedo. Cuando visito estas parroquias, voy acompañado por soldados, a quienes llamo mis «ángeles de la guarda».
Camerún no necesita armas sino educación para alcanzar la paz
Desde la experiencia y perspectiva del sacerdote en misión, las armas no van a resolver el problema de Boko Haram. Lo primero es la formación y el trabajo. Si los jóvenes tienen perspectivas de futuro, entonces será difícil para Boko Haram reclutar nuevos miembros y lavarles el cerebro.
«El gran proyecto que permenece en mi corazón y que espero poder realizar en el futuro con la ayuda de ACN, es la construcción de un centro pastoral para la formación humana y espiritual en Mokolo. Espero, entre otras cosas, que las parejas puedan formarse en la teología del cuerpo de san Juan Pablo II,» menciona Mons. Ateba
También resaltó que desafortunadamente en Camerún es muy común que las niñas dejen de ir a la escuela, porque son obligadas a casarse desde los 13 años. Por eso, la idea principal de su proyecto será educar primer a los padres.
Cuando has formado una madre, has formado a toda una nación, enfatiza el clérigo.
Además, habrá talleres sobre salud sobre cómo alimentar a los niños. Durante la temporada de lluvias, tenemos cólera aquí porque la gente bebe el agua sin ningún cuidado. Este centro también será un lugar para compartir juntos la Palabra de Dios.
La Biblia traducida al idioma Mafa de Camerún con ayuda de ACN
La lengua mafa es la lengua más hablada en las diócesis de Camerún, y los Mafa son cristianos en su mayoría. Por más de cuatro años, Mons. Bruno Ateba ha trabajado con ACN para traducir las Sagrada Escrituras en este país, donde no existen muchos libros escritos en mafa.
La Biblia es, por lo tanto, uno de los pocos libros en este idioma, y aunque el 50% de los Mafa son analfabetos, la nueva generación sabe leer. Ahora los jóvenes pueden aprender a leer en mafa con esta Biblia. ¡Es maravilloso! Agradezco de todo corazón a ACN por ese valioso aporte que nos ha hecho, dice monseñor.
Agradezco a los benefactores de ACN: Mons. Bruno Ateba
La mayoría de las culturas enseñan a los niños a dar las gracias. Me gustaría aprovechar esta oportunidad una vez más para expresar yo también mi profunda gratitud a ACN y a los benefactores que nos apoyan en nuestro trabajo pastoral. No es fácil en nuestro país, especialmente por las condiciones climáticas, la pobreza y el terror, pero ACN nos ayuda enormemente: ya sea para la formación de sacerdotes, seminaristas o para otros proyectos.

Un proyecto particularmente significativo para el s construcción de la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción en Maroua-Founangue porque cuando llegué como joven obispo en 2014 el obispo no tenía un lugar propio para celebrar la Misa con todos sus fieles.
Así que simplemente digo: «¡Vergelt’s Gott!» (Que Dios los recompense), porque yo no puedo dar nada a cambio, pero Dios los recompensará. Rezo por vosotros, queridos bienhechores, que tenéis un lugar especial en mi corazón y en nuestra diócesis, finaliza Mons. Ateba
Gracias a tu generosidad, ACN hace posible los proyectos de sacerdotes como Bruno Ateba, que buscan la manera de mejorar sus comunidades a través de Dios. ❤️ ¡Apoya a un sacerdote en misión aquí: https://donativo.acn-mexico.org/page/quierodonar!