ACN.-En la mañana de este 13 de octubre unos “cohetes lanzados desde el sector oriental” de Alepo alcanzaron “el barrio de Sulaymaniyah, de mayoría cristiana” situado en la zona occidental, e “impactaron en una escuela, matando a cuatro niños”.
Mons. Georges Abou Khazen, vicario de Alepo para los Latinos, confirma la espiral de violencia y terror que ha embestido a la metrópoli septentrional de Siria por entero. “No queremos todos estos muertos, esta destrucción, pero el drama sigue abarcando a ambos sectores de la ciudad… aquí es la población entera la que sufre, hay familias que continúan contando y llorando a sus muertos”, y esto ocurre “tanto en la zona oriental como en la occidental”.
Alepo, antigua capital económica y comercial del país (que ahora se encuentra dividida en dos sectores: el occidental, bajo el control del gobierno -con más de un millón de personas-, y el oriental –con 250.000 habitantes- en mano de los rebeldes y de la galaxia yihadista), se ha convertido en el epicentro del conflicto sirio.
El pasado miércoles durante su audiencia, el Papa Francisco, renovó sullamamiento por la paz para toda Siria, tierra “amada y martirizada” , tal como la definió al ascender a cardenal al nuncio apostólico Mons. Mario Zenari. Al pedir por un “cese del fuego” urgente, para aliviar los sufrimientos de la población, el pontífice subrayó y reiteró su “cercanía a todas las víctimas de este conflicto inhumano”.
El Papa pide una tregua en los combates, al menos, por “el tiempo necesario para permitir la evacuación de los civiles, sobre todo de los niños, que aún siguen atrapados bajo cruentos bombardeos”.
A menos de 24 horas del llamamiento efectuado por el Papa, Alepo vuelve a llorar nuevas víctimas entre los más pequeños. “El estribillo que sigue es siempre el mismo –cuenta Mons. Abou Khazencitado por Asia News – y está formado por potencias regionales e internacionales que no actúan en función de la paz.
Las palabras del pontífice son muy importantes, porque nos hacen sentir su cercanía, pero lamentablemente son reclamos que caen en saco roto. A los actores en juego no les interesa lo que le sucede a la población, cuando hoy, más que nunca, sería importante lograr una tregua para aliviar los sufrimientos y llevar algo de ayuda y consuelo”.
Para el vicario apostólico, la tregua sería “un primer paso” para luego, “lentamente” llegar a progresar “en el camino de la paz, para aliviar los sufrimientos y los miedos”.