En Alepo, ni siquiera los muertos pueden tener paz

ACN.-  La Fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada se ha comprometido a reparar el cementerio greco-ortodoxo y apoyar los traslados de cristianos ortodoxos y católicos de diferentes ritos fallecidos en Alepo entre Abril del 2013 y Diciembre de 2016 al cementerio cristiano de Jabal Al-Saydé (Mountain of St. Mary).

La vida el Alepo sigue siendo muy difícil, a pesar de que ya no caen bombas sobre la ciudad, que fue controlada casi por completo por la tropas fieles al presidente Al Asad hace ya seis meses. El precio de los alimentos es altísimo, la moneda está devaluada, y aun el 80% de sus habitantes viven fuera de sus casas, desplazados por la guerra o con sus viviendas por reconstruir tras haber sido bombardeadas. Las personas que fallecieron durante los más de 4 años de enfrentamientos en Alepo, por la guerra o por otras circunstancias, tampoco han podido todavía descansar en paz. El descanso después de la muerte tampoco es fácil de solucionar.

El barrio de Sheikh Maqsood se levanta sobre una colina a las afueras del noroeste de Alepo. En esta zona se libró una de las fuertes batallas de la ciudad entre tropas kurdas y grupos islamistas como Jahbat Fateh al-Sham, antes conocido como Frente Al Nusra, asociado a Al Qaeda. Los kurdos que finalmente se hicieron con la zona, siguen impidiendo el paso de civiles y fuerzas de seguridad sirias al interior del barrio. En la periferia oeste y a los pies de la colina llamada Jabal Al-Saydé (Mountain of St. Mary) se encuentran todos los cementerios cristianos. Durante la guerra nadie podía acercarse aquí, así que quedaron cerrados y varios de ellos fueron dañados por las bombas y los saqueos.

“Queremos que nuestros seres queridos que han fallecido tengan un enterramiento digno y sagrado”, comenta Moses Alkhassi, Vicario General de la Archidiócesis Greco-ortodoxa de Alepo y Alejandreta, entre Siria y Turquía.

“Necesitamos esta ayuda para reconstruir nuestro cementerio” – afirma Moses Alkhassi – “varias bombas cayeron destruyendo buena parte del mismo, lo podéis ver”, mientras señala un grupo de nichos hechos escombros con ataúdes aún dentro.

“También se llevaron puertas, lápidas y abrieron varias tumbas”, una afrenta contra los que ya estaban durmiendo en paz. La parte de Jabal Al-Saydé donde se encuentra el cementerio greco-ortodoxo de Alepo es la que más daños ha sufrido. Para limpiarlo y reconstruirlo la fundación ACN (Aid to the Church in Need) ha prometido13.000 euros. “Nuestros feligreses no pueden pagar todo lo fundamental para vivir, desde comida, medicamentos, alojamientos, mucho menos pueden hacerse cargo del coste de los enterramientos o del cementerio. Por ello apreciamos mucho la ayuda ofrecida por ACN”.

“Nuestra arcquidiócesis ha sufrido mucho porque hemos perdido varias iglesias, nuestro arzobispo metropolitano Boutros Yazigi fue secuestrado a principios de la guerra junto con el arzobispo sirio-ortodoxo y aún no sabemos dónde están”, cuenta apenado el religioso.

No sólo es necesario reparar los cementerios, sino dar el eterno descanso a los que han perdido la vida durante los últimos cuatro años de conflicto, cuando el cementerio fue tomado por grupos armados y terroristas. Sólo de la comunidad greco-ortodoxa son 255 feligreses, pero el total de los fallecidos pertenecientes a todas las denominaciones cristianas que esperan ser enterrados con dignidad en su cementerio asciende a 2.461. Hasta ahora, sus cuerpos están en un terreno cedido provisionalmente por el gobierno en la zona de la Universidad. Exhumar y volver a sepultar un cuerpo cuesta aproximadamente 40 euros, también en esto Ayuda a la Iglesia Necesitada se ha comprometido a apoyar con 45.000 euros para completar los traslados a Jabal Al-Saydé de cristianos ortodoxos y católicos – de diferentes ritos – fallecidos entre Abril del 2013 y Diciembre de 2016 en Alepo.

“Hemos descubierto el gran milagro de la unidad.  Necesitamos que los fallecidos tengan por fin un lugar santo donde descansar realmente en paz”, afirma Moses Alkhassi, “tenemos esperanza porque ustedes nos están  apoyando. Como decía nuestro arzobispo Yigizi: ‘No les puedo decir cómo será el futuro, lo que sí les aseguro es que está en manos de Dios’. Pedimos a todas las personas de Europa y el mundo que rece por nosotros. Vemos la esperanza en los ojos de nuestros feligreses y en la ayuda que nos están  dando. Muchas gracias”.

 

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