Etiopía: “El Islam sufí está siendo reemplazado por islamistas fundamentalistas”

ACN.- Después de las violentas protestas que sacudieron el país el mes pasado y en las que murieron a 67 personas, la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) habló con el P. Petros Berga, colaborador sobre el terreno de ACN y sacerdote de la Diócesis de Adís Abeba.

ACN: ¿Cómo es la situación en Adís Abeba y en el país? ¿Las manifestaciones continúan todos los días?

La situación sociopolítica del país es ahora, en general, un poco volátil. Ciertamente, hay algunas cuestiones étnicas en ciertas zonas, pero el peligro grave reside en una amenaza proveniente de Oriente Próximo: un activista etno-religioso llamado Jawar Mohammed, que recibe financiación ilícita de Oriente Próximo y, principalmente, de Egipto, se ha convertido en una seria amenaza para los cristianos en Etiopía. En varias zonas han sido atacados iglesias, sacerdotes y cristianos. Este activista dispone de una televisión por satélite y cuenta en los medios sociales con un gran número de seguidores. Los activistas utilizan a los jóvenes del grupo étnico oromo como instrumento para causar conflictos. Los jóvenes reciben móviles donados por los países del Golfo, etc.

ACN:  ¿Qué exigen los manifestantes?

En Adís Abeba y en diferentes ciudades y pueblos, ha habido, de forma intermitente, manifestaciones y contramanifestaciones. Ahora la situación se ha calmado algo, aunque sigue siendo incierta. Hay un problema con la aplicación de la ley. Los políticos radicales y los autoproclamados activistas están invocando la violencia. Tanto los gobiernos regionales como el federal no están tomando medidas (legales) a pesar de los ataques, los desplazamientos de población, los robos, las amenazas y los abusos. En las afueras de Adís Abeba se han producido repetidamente incidentes de violencia por parte de partidarios de Jawar Mohammed contra los residentes y contra quienes se trasladaron a las afueras hace un par de años a raíz de la reestructuración del centro de la ciudad. Los residentes, especialmente los jóvenes, están desencantados por la escasez de trabajo y empleo, y ahora, además, se ven expuestos a la violencia de los disturbios. Para nosotros, que promovemos el desarrollo pastoral y de capacidades de los jóvenes en la periferia, es ahora, debido a la situación, aún más urgente trabajar en aras del empoderamiento de los jóvenes.

ACN: Los medios de comunicación han hablado de conflictos “interétnicos y religiosos”, ¿coincide usted con ellos? ¿Podría explicarnos la situación? Parece que tanto cristianos como musulmanes están sufriendo violencia…

La violencia se dirige actualmente contra los cristianos y, principalmente, contra la Iglesia Ortodoxa. Los principales protagonistas son el ya citado Jawar Mohammed (un autoproclamado activista) y Dawed Ibsa (líder del Frente de Liberación Oromo). Ambos son musulmanes de la etnia oromo, y utilizan su pertenencia a ella para movilizar más fácilmente a los jóvenes, pero la violencia y los ataques tienen una dimensión más religiosa que étnica. La tradicional denominación sufí del Islam, caracterizada por la tolerancia y el sincretismo con la cultura étnica indígena, está siendo reemplazada por la ideología de musulmanes fundamentalistas.

ACN: ¿Cree que la situación mejorará pronto? 

Aunque resulte difícil predecir cómo evolucionará la situación, somos optimistas y pensamos que mejorará con el tiempo. En general, los etíopes han convivido codo a codo durante siglos, y nosotros confiamos en que los valores que comparten los mantendrán unidos frente a esta difícil situación. Ante todo, los etíopes son personas muy religiosas, y las oraciones de los fieles serán escuchadas. Dios protegerá a Etiopía del peligro de desintegración.

ACN: ¿Cuál es el mensaje y el papel de la Iglesia Católica? 

Aunque represente a una diminuta minoría, la Iglesia Católica está desempeñando un papel importante en la promoción de una coexistencia pacífica. Su Eminencia el Cardenal Arzobispo Berhaneyesus Souraphiel ha sido nombrado jefe de la Comisión Nacional de Paz y Reconciliación por el primer ministro, y la Iglesia ha expresado oficialmente su solidaridad con nuestros hermanos ortodoxos. Además, la Iglesia Católica está organizando talleres sobre la construcción de la paz y el diálogo. Sin embargo, existe una gran necesidad de trabajar en profundidad y amplitud con las entidades gubernamentales locales, regionales y federales, así como con las organizaciones de la sociedad civil. Como Iglesia minoritaria que está al servicio de la sociedad sin hacer distinciones étnicas o religiosas, la posición de la Iglesia Católica es la mejor para desempeñar un papel en el trabajo de mediación.

 

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