

ACN.- Desde que las milicias del llamado Estado Islámico proclamaron el Califato en verano de 2014 en el noroeste de Iraq y el este de Siria, sembrando el miedo y el terror con atroces actos de violencia, tan solo en Iraq 3,3 millones de personas han emprendido la huida; muchas de ellas provienen de Mosul y alrededores.
Desde la invasión de Estados Unidos en 2003 y, sobre todo, para los cristianos, Mosul se había convertido en un infierno en el que estaban a la orden del día los secuestros, las bombas y el asesinato de personas. En junio de 2014, la ciudad cayó en manos del Estado Islámico, y cuando las milicias terroristas pusieron a los cristianos ante la disyuntiva de convertirse al Islam o morir por la espada, todas las familias cristianas de la ciudad y la Llanura de Nínive huyeron. Pero también muchos musulmanes moderados y personas de otros grupos religiosos se fueron prácticamente con lo puesto.
La Iglesia del Kurdistán iraquí no da abasto a la hora de ayudar a las numerosas personas que no solo necesitan un techo, sino también víveres, ropa, medicamentos y enseñanza escolar para sus hijos. Por esta razón, el Arzobispo de Erbil, Mons. Bashar Matti Warda, nos ha pedido una ayuda urgente para poder distribuir víveres durante seis meses entre 12.000 familias especialmente necesitadas que lo han perdido todo. Los paquetes contienen azúcar, arroz, aceite, pasta, tomate concentrado, latas de pescado, leche en polvo, latas de pollo y con setas y alubias secas. Además, las familias también obtienen lechuga fresca. Un grupo de voluntarios bien organizados distribuyen entre ellas los paquetes de víveres.
La dotación de víveres para seis meses cuesta por cada familia alrededor de 317 euros. En total, Ayuda a la Iglesia Necesitada ha aprobado destinar a este fin 3,8 millones de euros.
Referencia: 319-09-59