ACN.- El Vicariato Apostólico del Chaco se encuentra en Paraguay occidental. Allí viven once grupos indígenas diferentes, cada uno con su propia lengua. El territorio, que con sus 96.000 kilómetros cuadrados es casi tan grande como Austria, está poco poblado. Sus 30.000 habitantes viven muy dispersos y sobreviven con lo poco que permite producir un terreno salino y, a menudo, fangoso. Los jóvenes no tienen perspectivas de futuro, muchos no terminan la escuela, algunos emigran a otras regiones para encontrar trabajo y otros acaban uniéndose a bandas de delincuentes. Las estructuras familiares tradicionales se disuelven y muchos padres no están capacitados para ofrecerles a sus hijos un apoyo y una orientación.
Allí la Iglesia tiene mucho trabajo, pero, además, afronta grandes retos: las carreteras son malas y algunas se vuelven intransitables durante la época lluviosa, por lo que resulta muy difícil acceder a muchas localidades. También las inundaciones son frecuentes. Tan solo seis sacerdotes asisten a los creyentes del vicariato, y por esta razón es tan importante la labor de las doce religiosas de la congregación de las Hijas de María Auxiliadora, repartidas, de tres en tres, en cuatro misiones desde las que asisten a las localidades más alejadas. Sean cuales sean las condiciones climatológicas, visitan a la gente en los lugares de difícil acceso, se ocupan de niños, jóvenes y mujeres, imparten la catequesis, visitan a las familias y los enfermos, ofrecen una atención médica a los necesitados y enseñan a los jóvenes a leer y escribir. La Hna. Blanca nos escribe: “Intentamos fortalecer la simiente del Reino de Dios en esta tierra de misión”. Sin su presencia, la gente de muchos lugares permanecería abandonada a su suerte.
Pero el Vicariato del Chaco es pobre y apenas puede apoyar a estas religiosas. Ayuda a la Iglesia Necesitada quiere destinará una ayuda al sustento de 4.800 euros.
Referencia: 233-08-39