«En Alepo la persecución contra los cristianos es obvia.» Son palabras de Sor María Guadalupe, quien se reunió con Alessandro Monteduro, Director de ACN-Italia, en la oficina de Roma de la Papal Foundation. «Estaba en Alepo para un descanso, cuando estalló la guerra, me di cuenta que Dios me quería allí para una nueva misión», dijo la religiosa, quien describió una comunidad cristiana muy diferente. «Las madres piden a los monjes a tatuar el signo de la cruz en los brazos de sus hijos y prepararlos para la posibilidad del martirio. Los jóvenes se preparan, y dicen que los terroristas pueden llevarse sus vidas, pero no el cielo. «.
La hermana María Guadalupe revela un peligroso déficit de comprensión, típicas de las sociedades europeas, diciendo que «el Oriente Medio no se puede evaluar con criterios occidentales, tanto en lo referente a la política, como la esfera religiosa.»
«No es una guerra civil, sino una invasión de terroristas, los protagonistas de persecución, sobre todo contra los cristianos.»
No sólo se puede hablar de Alepo Medio, porque «en los barrios cristianos de Alepo Oeste la población experimenta lo que se llama la «lluvia «, es decir, los cohetes en grandes cantidades, «lluvia» que se intensifica durante las fiestas cristianas. En la ciudad sólo 25.000 eran cristianos. La ciudad entera está gimiendo por el embargo: «No es casualidad que los obispos locales hayan pedido la retirada, ya que perjudica a la gente.» Su testimonio es también un duro examen de conciencia europea: «Los refugiados sirios están decepcionados por Europa. Ellos pensaban que eran familia, en la Europa cristiana, y en su lugar encontraron un continente cerrado, secularizado. Sumado a esto está sufriendo de maltrato por parte de los refugiados islámicos», al tiempo que afirmaba que el abuso proviene de refugiados musulmanes de diferentes nacionalidades procedentes de Siria, ya que con los musulmanes en Siria, nunca ha habido problemas de convivencia. «Estos refugiados sirios no quieren ser cristianos, por el contrario, quieren volver a Siria». Sor Guadalupe finalmente ha lanzado un llamamiento a los católicos italianos: «¡No nos dejen solos!»