Catherine de la paz a la guerra de Boko Haram

ACN.- Catherine tiene 40 años y es de una pequeña ciudad nigeriana llamada Pulka. En 2014 ella y miles de personas más tuvieron que huir de esta ciudad tras los ataques del grupo terrorista Boko Haram. Catherine, junto a sus dos hijos y su suegra de 70 años, huyó a las montañas. Desde allí pudo ver cómo los terroristas utilizaron fusiles para asesinar a golpes a su marido. Luego arrojaron su cuerpo a una cueva. Ella lo vio todo, al igual que su suegra quien también presenció la muerta violenta de su propio hijo a manos de los terroristas.

Desde allí huyó a Camerún, pero sin sus hijos y su suegra, quienes fueron capturados por Boko Haram. Tiempo después Catherine regresaría de nuevo a Nigeria, a la ciudad de Yola, donde en 2015 también sufriría el zarpazo del terrorismo de Boko Haram en un ataque suicida en un mercado donde más de 30 personas murieron.

En Yola estuvo durante 5 meses. Escuchó que Pulka había sido liberada. Catherine pensaba en su familia: “yo vivo en paz pero mi familia vive en un lugar con guerra”, nos contaba.  Y no lo pensó más: decidió regresar a Pulka.

Cuando lo hizo fue apresada por los terroristas de Boko Haram quienes la ataron de brazos y piernas y la colgaron a un árbol y así estuvo durante 20 días. Le dijeron que lo hacían porque era infiel y católica. Gracias a Dios la mujer pudo escapar y volvió en 2015 para buscar a sus hijos y a su suegra. El 2 de marzo de 2017 los encontró.

Hace solo 8 meses Catherine volvió junto a tropas cameruneses que ayudaron a liberar la zona y a su familia. Los militares interrogaron y registraron a sus hijos para comprobar que no tenían explosivos encima. Los hijos de Catherine se llaman Philomena y Moses, aunque durante su secuestro los terroristas les cambiaron su nombre por otros musulmanes: a Philomena le pusieron Yagana mientras que Moses fue llamado Musa. Todo para convertirlos al Islam.

Intentaron cambiarles por completo incluyendo su carácter. Los terroristas les obligaban a recitar el Corán en árabe. Cada vez que se les preguntaba algo a los niños respondían recitando el Corán. Les enseñaron cómo bombardear iglesias, a odiar a todo aquel que no es musulmán porque así lo quiere Alá. Y los niños obedecían. Les enseñaron a morir por Alá. Es un total lavado de cerebro. Este es el terrible adoctrinamiento que practica Boko Haram con niños muy pequeños.

Ahora Philomena y Sarumi empiezan un nuevo y duro camino: aprender el Catecismo, a rezar oraciones católicas, y aprender la Verdad del Amor de Jesucristo.

El Obispado de Maiduguri está muy cerca de Catherine y su familia, porque necesitan mucha ayuda. Catherine se siente ahora más fuerte, ha recuperado a su familia.

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