ACN.-Historias de Cuaresma 28: Juan era un hombre apasionado por el mar y su pequeña barca, la “Esperanza”. Todos los días, desde el amanecer hasta el atardecer, navegaba por las aguas, llevando a los turistas a recorrer las hermosas bahías y playas de la región.
Un día, mientras Juan estaba en alta mar, el cielo se oscureció. Las nubes grises se arremolinaron y el viento comenzó a soplar con furia. El huracán Otis se acercaba rápidamente a la costa. Juan sabía que debía regresar a tierra firme, pero su amor por la “Esperanza” era más fuerte que cualquier temor.
Las olas se volvieron monstruosas, levantándose como gigantes furiosos. La lluvia azotaba su rostro y la barca se balanceaba peligrosamente. Juan luchaba por mantener el control mientras las ráfagas de viento intentaban arrancarle el timón de las manos.
El huracán rugía con más fuerza. Las olas se alzaban como montañas y la lluvia caía como cuchillos afilados. Juan miró alrededor y vio a otros lancheros luchando por sus embarcaciones. Algunos se aferraban a los mástiles, mientras otros eran arrastrados por la corriente.
Gracias a Dios y luego del horror de Otis, llegó a la playa, la gente lo recibió con aplausos y lágrimas de alivio. La “Esperanza” estaba maltrecha, pero aún flotaba.
El huracán Otis dejó una estela de destrucción en Acapulco, pero también reveló la valentía y la determinación de personas como Juan. Los lancheros, a pesar de perder sus botes, seguían luchando por su sustento, pero necesitan apoyo. Ayuda en: https://acortar.link/c2B9WX
