Los extremistas iraquíes envalentonados por la toma del poder de los talibanes

ACN.- La amenaza  del Estado Islámico y otros extremistas en Irak ha aumentado tras el regreso de los talibanes al poder en Afganistán, según declaraciones de uno de los obispos más respetados de Oriente Medio.

El arzobispo católico caldeo de Erbil, Bashar Warda, declaró a la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) que la llegada al poder de los talibanes podría tener implicaciones extremadamente graves para Irak: “Afganistán e Irak son lugares muy diferentes. Pero la toma de Afganistán por parte de los talibanes ciertamente alienta a quienes apoyan ese tipo de régimen”.

El arzobispo Warda advirtió que los extremistas del Estado Islámico siguen activos en el país y que le preocupa que puedan volver al poder en Irak y Siria: “No se han ido del todo. Siguen existiendo en la clandestinidad y aún mantienen la capacidad de causar daño en Irak.  Más importante aún, la mentalidad que creó el Estado Islámico sigue estando ciertamente en la región. Así que esto es una preocupación constante. El arzobispo añadió: Creo que definitivamente es cierto que la mentalidad del EI todavía existe entre ciertas partes de la población en Irak y Siria”.

Al comentar las declaraciones del presidente Joe Biden en julio anunciando que retirará la misión de combate de Estados Unidos en Irak a finales de año, el arzobispo Warda dijo a ACN que la posible inseguridad tendrá un impacto negativo en los cristianos y otras minorías religiosas: “Lo que nuestra historia nos ha enseñado, especialmente nuestra historia reciente, es que en cualquier momento de inestabilidad y conflicto son las minorías las que sufren primero. Así que, en la medida en que cualquier cambio en la participación de EE. UU. en Irak conduzca a un aumento de la inestabilidad, nos preocupa que esto conduzca a una mayor persecución de las minorías religiosas”.

A pesar de estas preocupaciones, el obispo de Oriente Medio también se mostró esperanzado por el futuro del cristianismo en Irak: especialmente tras la visita del Papa Francisco el pasado mes de marzo: “Ahora somos un número pequeño, pero nos mantenemos firmes y hacemos todo lo posible en cualquier lugar de Irak para demostrar que somos una pieza vital en la estructura social del país. Creo que la visita del Santo Padre mostró al resto de Irak el impacto positivo de la comunidad cristiana aquí, y también el impacto positivo que la comunidad cristiana puede aportar a Irak con relación a cómo el mundo ve a nuestro país.

 “Estas cosas nos brindan esperanza y continuaremos haciendo todo lo posible para aprovecharlas. Con el tiempo esperamos que esto permita a nuestra comunidad no solo sobrevivir, sino prosperar y, ojalá, crecer”.

Irak es un país prioritario para ACN que proporciona en el país ayuda de emergencia, reparación de edificios eclesiásticos, asistencia médica durante la pandemia y becas para estudiantes.

 

 

 

Entrada anterior
Shahnaz Bhatti, un testimonio de una religiosa católica en Afganistán
Entrada siguiente
Un millón de niños rezando el rosario puede cambiar el mundo