ACN.- Con el lema “Paz para los niños”, los niños de más de 2.000 escuelas de toda Siria están escribiendo y pintando durante estos días mensajes dirigidos a los responsables políticos en la Unión Europea y las Naciones Unidas. Además, más de un millón de niños está firmando una petición. Este llamamiento a la paz es una acción conjunta de cristianos católicos y ortodoxos en Siria, a la que también están invitados los miembros de todas las comunidades religiosas.
En Damasco, Homs, Yabrud, Alepo, Marmarita y Tartús, niños de todas las confesiones cristianas organizaron una Jornada conjunta de acción por la paz. Expresarán su deseo de paz en canciones, danzas, representaciones de teatro, oraciones y otras actividades. En Alepo, algunos niños narrarán sus historias personales. Sor Annie Demerjian, una de las organizadoras locales, dice: “si, por ejemplo, un niño relata que ha perdido a su padre, rezaremos a continuación por todos los niños en Siria que han perdido a sus padres o hermanos”. También habrá una celebración central en Damasco, en la que participarán grupos de 50 a 70 niños procedentes de cada uno de los grandes centros del país.
Los niños de las escuelas sirias —entre ellos, también muchos musulmanes— escriben sus mensajes a la comunidad internacional también en globos blancos. Entre estos mensajes se encuentran: “¡Queremos paz!”, “¡Danos nuestra infancia!”, “¡No queremos más guerra!” y “Queremos ir a la escuela”.
Durante la guerra han muerto miles de niños en Siria. Según datos facilitados por Oxford Research Group, solo durante los dos primeros años de guerra murieron más de 11.500 niños. La mayoría de los 11,4 millones de Sitios que se encuentran desplazados dentro y fuera del país, son menores de edad. Más de 2,1 millones de niños sirios no pueden acudir a la escuela debido a la guerra. Muchos niños están gravemente traumatizados. Frecuentemente, los niños no solo son víctimas de acciones bélicas directas, sino también de secuestros, torturas y explotación sexual.
La acción en pro de la paz de los niños se debe a una iniciativa de la Fundación Pontificia Internacional “Aid to the Church in Need” (ACN). Desde comienzos del conflicto en marzo de 2011, la Fundación Pontificia Internacional se compromete por las víctimas de la guerra y presta ayuda económica sobre todo para las familias que han perdido sus casas, que están desplazadas dentro del país o que han sido expulsadas. Se financian proyectos que aseguren la supervivencia inmediata de las personas, sobre todo de niños y bebés.
La ayuda económica se emplea sobre todo para adquirir alojamientos para las familias, por regla general numerosas, para proporcionar alimentos y medicamentos necesarios para la subsistencia, para leche para bebés y pañales, ropa de invierno, así como combustible para la calefacción y electricidad. Además se facilita a los niños que puedan asistir a la escuela.
Esta ayuda se traslada directamente, a través de los obispos católicos y de las estructuras eclesiásticas in situ, a las familias que sufren necesidad, independientemente de la religión que profesen. En los últimos cinco años se ha prestado ayuda de emergencia por un importe de aproximadamente 13 millones de euros