Proyecto del mes: Una capilla para la región más pobre de Etiopía

ACN.- La región de Benishangul-Gumuz se encuentra en el extremo oeste de Etiopía, en la zona fronteriza con Sudán, y es una de las más subdesarrolladas del país. En ella viven unas 990.000 personas. Algo más de una quinta parte pertenece a la etnia de los gumuz que, culturalmente, están más bien emparentados con los pueblos de Sudán que con las restantes etnias etíopes. A finales del siglo XIX y en el primer tercio del XX, muchos gumuz fueron víctimas de los traficantes de esclavos.

La mayoría de los gumuz todavía no han entrado en contacto con el cristianismo o lo han hecho hace poco. En su religión tradicional hay muchos dioses diferentes: hay un Dios del río, un Dios de la tierra, un Dios del sol, un Dios de los árboles, un Dios de las montañas, etc., aunque, más que dioses son más bien espíritus o fuerzas naturales. La brujería está muy extendida y debido a ella se practican muchas tradiciones que provocan un gran sufrimiento. Así, por ejemplo, las mujeres gumuz tienen que abandonar sus poblados antes de dar a luz y alumbrar solas a sus hijos en el bosque o a orillas de un río. Para ello tienen que permanecer al menos tres días en un lugar apartado, y si surgen complicaciones, nadie puede ayudarlas. Y es que la gente está convencida de que la sangre que mana durante el alumbramiento puede hacer caer una maldición sobre toda la familia.

Los religiosos católicos que hace poco llegaron a esta zona fueron acogidos con gran alegría. La gente está feliz de entrar en contacto con la Buena Nueva del Evangelio, y también su vida concreta experimenta una mejora, pues los misioneros traen consigo una atención sanitaria, fundan escuelas para los niños y ayudan a la gente a superar tanto la necesidad material más acuciante como el miedo a los malos espíritus, la brujería y las tradiciones que ocasionan sufrimiento.

Así, desde hace doce años, están presentes en la zona los Misioneros Combonianos, que han fundado entretanto dos misiones y que dirigen ahora cuatro parroquias católicas bien establecidas que, eso sí, todavía carecen de capillas. Por esta razón, los Combonianos han pedido a Ayuda a la Iglesia Necesitada que les ayude a erigir en una de ellas una capilla donde poder impartir la catequesis y celebrar la Santa Misa y otros actos litúrgicos y devociones. De momento, la vida de Iglesia tiene lugar a la intemperie, donde los creyentes se ven expuestos a un sol abrasador o a fuertes lluvias torrenciales. Además, una capilla fortalecerá el sentimiento comunitario de los feligreses y la identificación con la Iglesia. En la actualidad, la parroquia cuenta con 120 católicos bautizados, 85 catecúmenos y 80 niños. Los habitantes carecen de dinero, pero están dispuestos a contribuir a la construcción de la capilla con material de construcción disponible sobre el terreno y con su –inexperimentada– mano de obra. Pero como también se precisan materiales de construcción sólidos no disponibles en la zona, como, por ejemplo, vigas de acero, los Misioneros Combonianos se han dirigido a Ayuda a la Iglesia Necesitada. Además de la capilla, quieren erigir una valla de protección alrededor de esta. Ayuda a la Iglesia Necesitada se ha propuesto apoyar este proyecto con 20.000 euros.

Referencia: 118-01-19

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