ACN.- Con una superficie de casi diez millones de kilómetros cuadrados, la Diócesis de San José de Siberia Oriental, con sede en Irkutsk, es más grande que Estados Unidos. Repartidos por esta vasta zona viven unos 52.000 católicos atendidos por 40 sacerdotes.
Allí es indispensable la labor de las 56 religiosas pertenecientes a doce congregaciones diferentes: estas trabajan en las parroquias y también realizan numerosas obras de caridad, lo cual supone una bendición sobre todo para los niños de familias desestructuradas, los ancianos solitarios y los enfermos, así como los niños de la calle y las personas sin techo.
Así, por ejemplo, en Vladivostok, las Hermanas de la Caridad de Santa Ana han puesto en marcha un programa para jóvenes madres solteras. Dado que la tasa de abortos en Rusia es muy alta, están contribuyendo de forma considerable a ayudar a las madres jóvenes a decidirse por dar a luz a sus hijos.
En Chita, la diócesis ha abierto un centro para niños de la calle y personas sin hogar, dirigido por religiosas de la congregación de las Siervas de la Inmaculada Concepción. Algunos niños viven allí, mientras que otros solo acuden de día. Además, las religiosas también visitan con regularidad a los niños de un hogar infantil ubicado a setenta kilómetros de distancia y atienden a madres presas y a sus hijos, que están muy necesitados de ayuda material y pastoral. Otro ejemplo es Angark, donde las Hermanas abrieron hace unos años una casa en la que también se ocupan de los niños abandonados.
También las religiosas de las demás congregaciones se ocupan de las personas necesitadas. Nosotros ayudamos a las 56 religiosas presentes en la Diócesis de San José de Irkutsk con una contribución a sus gastos de manutención, y ahora nos gustaría apoyarlas.
Referencia: 427-05-39